24.3.10

BARCELONA












Barcelona es una ciudad que se caracteriza por estar en un marco geográfico aparentemente invariable. Limitada naturalmente de este a oeste por antiguos ríos: el Llobregat y el Besós; y de norte a sur por la Sierra del Collserola y el mar Mediterráneo. Esto provoca que la ciudad no pueda crecer más allá de estos límites, lo que la ha convertido en la ciudad más densa de Europa.
Por ello desde un punto de vista formal, Barcelona es una ciudad clara, fácilmente asimilable a un cuadrado con unos límites materiales definidos.
La trama urbana más característica de la ciudad es la de retícula o ensanche Cerdá. El ensanche llegó a la vez que se derribaban las murallas de la ciudad histórica, sin haberse producido ningún crecimiento de este núcleo fuera de estas por Ordenanzas Reales, lo que provocó casi el completo agotamiento del suelo y su densificación. Los motivos que llevaron al derribo fueron higienistas, ya que las condiciones de salubridad eran mínimas. Por ello el ensanche de Barcelona buscaba la ventilación, introducía las redes de saneamiento y evacuación de aguas en la ciudad además de otros aspectos materializados en una retícula que distribuía todo equitativamente en el territorio. Además, esta trama reticular se agarró tanto a la ciudad histórica como a los diferentes poblados del extrarradio de Barcelona que existían (Gracia, el Clot, la Sagrera…) permitiéndonos hoy día una fácil lectura de las diferentes épocas de las tramas de la ciudad: lo preexistente al ensanche y al derribo de las murallas y el plan Cerdá de 1859.

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